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BAPTISTE LE BRAS

Astrología 

 

 

 

SINCRONIA ASTRAL

 

– Tauro | Sagitario -

 

 

57% (valor informativo subjetivo basado en mi opinión personal y sin profundo fundamento)

 

Es importante recordar que este análisis es simbólico, es decir, cuya información es bastante generalizada ya que existen varios tipos de cada signo, y que de todas manera cuando hablamos del signo de una persona, solo nos referimos a la posición de su Sol y que, aunque bastante pertinente es la información que nos trae esta posición solar, disponemos en nuestro mapa astral de TODOS los signos y planetas en alguna parte de la esfera simbólica de nuestra vida. Por más precisión, consultar un Astrólogo Profesional. Por otra parte este análisis quizá esté más enfocado hacia un contexto matrimonial sin embargo aplica correctamente para amigos, socios, hermanos y todo tipo de alianzas.

Muy interesante combinación y que al parecer estos signos no tienen tanto en común.

El Tauro es probablemente el signo de Tierra que tiene los pies más sobre la Tierra, ya que los enfoques que suele darle a la vida están basados en la productividad y la generación de buena situación económica para poder gozar de los placeres que le dan sus sentidos, tales como la sensualidad, la alimentación bien gourmet, un rico vinito acompañado de una música agradable…

Muchas veces el Tauro se encuentra atascado por la materia, apegado al plano físico dando más importancia a la estabilidad y a la productividad que a cualquier otra cosa. Simbólicamente podemos observar una vaca comiendo pasto rico tranquilamente, digiriendo la comida L E N T A M E N T E, sin preocuparse por otra cosa que por la cantidad de pasto que le queda a disponibilidad.

El Centauro (Sagitario) por otra parte, siempre busca nueva aventuras, busca recorrer nuevos territorios en búsqueda de su verdad, de los conocimientos más elevados de la vida, en búsqueda de una razón más profunda de vivir y explorar la vida en sus sentidos más espirituales.

Bien o mal? Ni uno ni el otro, pero si el Tauro se queda apegado a su estabilidad tal como suele pasar, podría existir conflictos ya que el Sagitario necesita explorar las Tierras lejanas, necesita espacio para hacer uso de toda su fuerza!

También puede existir esta tendencia Sagitariana a exagerar y sobredimensionar las cosas mientras que el realismo Taurino no se aventurara a describir las cosas de otra manera que tales como son, o más bien de otra manera que como se ven, incluyendo a menudo mediciones y comprobantes.

El Sagitario busca algo más allá de lo que ya se sabe y se conoce, busca expandirse y lo logra hacer planeando a futuro metas que lo impulsan a avanzar, mientras que el Tauro se puede quedar en lo mismo sin necesitar más (si ya tiene lo que necesita).

Es más, Sagitario con todo su fuego Jupiteriano, es expansivo, es activo, dinámico, entusiasta, y lo expresa sin límite, mientras que el Tauro es más bien solidísimo pero algo reservado, pues no llegara a expresar más de lo que se necesita, lo que puede provocar malentendidos.

El Sagitario pertenece a la cruz mutable, que se caracteriza por su capacidad de adaptabilidad, y aunque este signo sea el menos mutable de los signos mutables, se encuentra sin embargo de mente generalmente abierta y dispuesta en aprender, en recibir informaciones y conocimientos en cantidad y en calidad, recordaremos que Sagitario es el signo del maestro y del profesor, es el signo que logra sintetizar a través del eje Géminis-Sagitario.  

Tauro es más bien terco, muy, muy terco. No es negativo del todo ya que tiene una enorme fuerza de tracción y de voluntad, pero es cierto que es obstinado y le cuesta abrirse a conceptos e ideas que no le llaman la atención, o que no pertenecen a su centro de intereses; de igual forma necesita digerir la información por sus cuatro estómagos para poder ya estar más abierta en compartirla.

El Tauro a menudo se pone de descanso y nada lo puede hacer mover, y allí puede existir un aburrimiento – rutina que no corresponde al Sagitario.

Importante decir también que al Tauro le gusta acumular dinero y materia para satisfacer su necesidad de seguridad, mientras que el Sagitario es más bien muy generoso.

Hasta allí no podemos decir que hemos visto mucha sincronía entre los dos signos animales del Tauro y del Cen-Tauro. Pero no hemos acabado.

 

Tauro está regido por Venus, mientras que Sagitario está regido por Júpiter. Antiguamente estos planetas estaban considerados como benéficos, ya que por sus propiedades húmedas favorecen la expansión y el crecimiento. Allí es donde se encuentra el primer punto a favor.

Claro que al Tauro le gusta la buena vida, el dinero, los gozos y placeres, pero sabe también expresar su gusto y su bienestar y compartirlo. Júpiter, regente de Sagitario, favorece la expansión, la riqueza, los lujos y comodidades superiores, de orden mayor o real, que suelen gustar al Tauro. Por esa razón muchos Sagitarios también tienen que ver con la economía, contabilidad y finanzas. En este aspecto material suelen ser bastante armonizados los signos. Por otra parte, el Sagitario es alegre, positivo, tiene un gran sentido del humor, que de seguro puede gozar el Tauro.

También el Tauro puede formar una maravillosa unión con el Sagitario persiguiendo metas y objetivos en común. Veo perfectamente un Toro y un Caballo caminar uno al lado del otro, avanzando sin parar hacia sus anhelos, el Tauro con su inalterable motivación, y el Sagitario con su enorme fuerza motriz. Una unión bendecida por la alegría, la confianza y el positivismo del Sagitario, y por la organización, la paciencia y la resistencia del Tauro.

La unión se tendría que cuidar de los excesos ya que el Sagitario con frecuencia no encuentra sus límites y al Tauro no le disgustara disfrutar con mayor proporción.

 

 

Resumen:

 

Son dos temperamentos fuertes, que armonizados pueden entenderse muy bien. Se recomienda al Tauro abrirse y no ser tan materialista porque la naturaleza del Sagitario puede ayudarle a descubrir un lado de la vida con cual se hallara amplia-mente. Se le recomienda también cuidarse del hecho de querer poseer a la otra persona ya que el Sagitario necesita independencia y espacio, libertad. El Tauro necesita de buena seguridad y suele querer poseer para estar seguro de no perder pero esta necesidad de controlar y poseer puede perjudicar su matrimonio, ya que el Sagitario necesita expandirse, vivir experiencias y es muy social. Al Sagitario se aconseja canalizar este fuego interno tan ardiente que tiene para no tener que aventurarse en exceso y dejar el Tauro decepcionado; recordaremos a Zeus, rey de los Dioses, quien tuvo numerosas aventuras con Diosas y Humanas. También no querer imponer su voluntad al Tauro ya que entre más se tiende a forzar algún tipo de situación, menos se logra convencer al Tauro.

En fin es una excelente sociedad para la expansión material y económica. Buena correspondencia sexual y buen gozo de la vida. A largo plazo se tendrá que trabajar mucho la relación ya que después de las pasiones vienen las responsabilidades y en estas el Caballo puede ser difícil de amaestrar. A nivel de comunicación, el Sagitario tendría a expresarse con exceso y el Tauro con carencia, lo que podría resultar abrumador en la relación, ya que el Tauro se puede aguantar una gran cantidad de cosas y ponerse bravo sin que el Sagitario entienda el porqué. A nivel del hogar, buena combinación, el Tauro ordenado y responsable, el Sagitario positivo, alegre y educador. En el caso del peor escenario conflictivo, no quisiera estar entre los dos porque cuando el Tauro desencadena su furia resulta salvaje y cuando el Sagitario se pone furioso se puede percibir hasta los rayos del Júpiter griego (Zeus). A nivel social, la relación puede prosperar pero nuevamente se recomienda trabajar la apertura mental del Tauro, y dominar las excesivas necesidades sociales del Sagitario. En última instancia le recomendaría al Tauro tenerle cuidado a la pereza, ya que cuando el guerrero se pone en descanso puede que nunca se vuelva a mover, y eso en una relación con un Sagitario puede ser fatal.

 

Que los astros les sean favorables!

 

 

Autor: Baptiste Le Bras

 

 

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